Fish & chips lejos de Inglaterra
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Investigar e Internet Fuente: Internet |
Un buen día Charlote, turista inglesa, encontró por fin el lugar perfecto para viajar; buscó por casi un mes entero un lugar lleno de atractivos naturales. A través de varias lecturas en blogs y recomendaciones para viajeros, encontró Ibarra, un cantón ubicado en la provincia de Imbabura.
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Monumento de Ibarra Fuente: Internet |
Siempre
quiso conocer varias lagunas, y estaba súper emocionada porque en Ibarra hay
varias lagunas como la de Yahuarcocha, Cubilche y Chinchivi. Charlote también
quería sacar fotografías del río Lita, de las siete cascadas de Lita y de la
Cascada Cóndor Machay. Hablando de fotografías, recordó desconectar el cargador
de su cámara Go-Pro, pues debía guardarla para grabar cuando haga parapente
sobre la laguna de Yahuarcocha.
Como
buena mochilera, investigó mucho sobre la ciudad y supo que debía llevar
protector solar y gorra, pues, suele hacer un sol muy fuerte. Después de una
larga caminata a través de museos como el de El Banco Central del Ecuador, el
Museo Caranquis y de tomarse una selfie con los monumentos de El Obelisco, San
Miguel Arcángel, La Cruz Verde y El Torreón; sabía que debía ir a el Balneario
San José, o al Balneario Timbuyacu, para refrescarse y relajarse un momento.
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Mapa turístico de Ibarra Fuente: Internet |
Lista con su mapa lleno de marcas de los lugares para visitar, alistó su maleta con todo lo necesario, sobre todo con ropa ligera para el día y ropa abrigada para la tarde. Estaba lista para viajar.
Llegó al terminal terrestre de Esmeraldas, pues terminaba de pasar un buen rato en Las Peñas y de conocer su cultura. Compró su boleto y se embarcó en su aventura. Subiendo al bus se dio cuenta que había alguien observándola, era un perro de color blanco y tenía una mancha en forma de corazón en su hocico. Este perrito la miraba con unos ojitos de pena, por lo que tuvo que llevárselo, y como era un cachorro, fue muy fácil. Supuso que estaba abandonado, pues estaba muy sucio, su pelaje blanco se veía plomo. Al final lo llevó con ella.
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Familia de Charlotte Fuente: Internet |
Se sentó a lado de la ventana, se puso los audífonos y presionó play a su lista de Spotify. Mientras la música sonaba recordaba lo que su familia le decía: "viaja, pero no a América Latina sino a la India o a algún lugar menos peligroso". A Charlote le decían que América Latina no era un lugar atractivo y que era un riesgo emprender un viaje hacia este lugar. Sin embargo dichos comentarios la llevaron a investigar, y a conocer más. Supo que a pesar de los peligros había mucho qué conocer y descubrir. De pronto se despertó de aquellos pensamientos, pues el bus pasó por un cúmulo de tierra y la hizo saltar.
En la vía Ibarra – San Lorenzo, se encontró con una complicación, el bus tuvo problemas para cruzar la vía, pues se encontraba llena de tierra y piedras, esto no lo había visto en su investigación. El bus se detuvo y después de esperar varias horas, le comunicaron que debían regresar a Esmeraldas, que le devolverían el pasaje: la vía estaba cerrada.
Regresando
a su hotel caminó a través del malecón Las Palmas, sacó su bolso para encontrar
la dirección exacta del hotel y tomar un taxi; de la nada una moto se estacionó
cerca de ella, un hombre muy alto y con el rostro cubierto y con un tatuaje demariposa en el cuello se le acerco con una pistola, le arranchó su bolsa en
donde guardaba sus papeles, además del dinero que llevaba a la mano, por suerte
fue tan rápido que no le quitó su mochila en donde tenía su celular y otro poco
de dinero. El perrito con pelaje grisáceo ladraba sin parar lo que atrajo la
atención de la gente, pero era tarde el delincuente había huido. Tratando de
ayudarla llamarón a la policía, pero se tardo demasiado en llegar. No le quedó
más que ir al hotel e intentar descansar.
Al
día siguiente intentó volver a viajar a Ibarra, ella estuvo molesta, asustada y
estresada. Corazón, así le puso al cachorro que rescató, su nuevo compañero le
ayudaba a mantener la calma, se le acercaba y la distraía de todos los
problemas.
Contactó a sus amigos en Londres quienes le enviaron dinero, también la animaron, no era
la primera vez que la asaltaban mientras estaba de viaje, y no iba a dejar que
una mala experiencia arruine su viaje y excursión por Ecuador.
Compró un nuevo boleto y tomó el bus a Ibarra a las 12 del día, esperando ahora si llegar a Ibarra. Después de un viaje de tres de horas, llegó al terminal de Ibarra muy emocionada. Eran las cuatro de la tarde y buscó el hotel que reservó a través de una aplicación que poseía en su celular.
Mientras llegaba al hotel, seguía observando al volcán Imbabura, admirada por lo imponente y bello; de pronto escuchó una voz y se
transportó como a una epifanía, en la que el imponente volcán le decía a
Charlote: “Debes recorrer toda Ibarra, divertirte, descubrirla y hablar sobre
eso, pues hay que hacer a Ibarra un lugar digno para visitar”. Sujetó más
fuerte a Corazón, y como un sueño, Charlote apareció en la recepción del hotel,
entrecerrando varias veces los ojos. Cuando por fin reconoció el lugar y se
convenció de que soñaba despierta, Charlote preguntó ¿Hay actividades a las que
me pueda anotar para visitar al Imbabura?
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Volcán Imbabura Fuente: Internet |
La recepcionista le explicó que por el momento no, porque el tiempo no era el adecuado, ya que se presentaban lloviznas, además la niebla cubría gran parte del camino; Charlote se puso algo triste y la recepcionista muy animada, le dijo que no se preocupe, que existen muchas otras actividades en Ibarra, pues esta ciudad representa una sede referencial a nivel de Imbabura, y que justo llegó un día antes de la Cacería del zorro que se da por las Fiestas de fundación de la ciudad.
Charlote, se animó y recuperó el entusiasmo al escucharle a la recepcionista tan amable. Tomó un par de papeles llenos de información sobre las actividades de las fiestas, y se instaló en su habitación. Comió algo y planeó lo que haría al día siguiente, porque ya era demasiado tarde para salir. Fue a dormir con una sonrisa en su rostro por todas las cosas que estaría por hacer.
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Fiestas de Ibarra Fuente: Internet Fotografías Fuente: Internet |
A
la mañana siguiente, Charlote recorrió todos los puntos que marcó en su mapa,
uso el transporte público e incluso taxi cuando no encontraba buses. Sacó diversas fotos de ella y Corazón, algunas comprando un abrigo tejido con lana de llamas, otras comiendo un pescado frito en Yahuarcocha e incluso pudo grabar cuando salto desde
lo alto de la loma en parapente; esta actividad le costó cerca de veinte
dólares, pero al terminar, ella sintió que valió toda la pena.
Había
olvidado casi por completo el incidente que vivió en Esmeraldas, después de
disfrutar en Ibarra todas sus atracciones y actividades. Sin embargo, debía
hacer mucho papeleo para obtener de nuevo su pasaporte; de repente observó a un hombre que le llamo la atención en una de sus salidas por la ciudad,
era alto y tenía la misma mariposa que tenía el ladrón de Esmeraldas, su
curiosidad le gano y lo persiguió por un rato. Después de caminar dos cuadras,
cerca del obelisco en el mercado La Bahía, observo como se ponía un pasa
montañas, y sacaba la pistola del pantalón esperando a su siguiente víctima,
apresurada llamo a la policía, pues la su ultima experiencia hizo que recordara
los números de emergencia de Ecuador.
Por
suerte, los policías estaban cerca y detuvieron al sujeto, el todavía
conservaba los documentos de Charlote, los cuales le devolvieron. Lo ultimo
que supo fue que estaba detenido gracias a su denuncia; así ella y Corazón
evitaron un sinfín de diligencias en la embajada.
Tres
días después, luego de comer en varias huecas y restaurantes de la ciudad,
regresó a Quito y tomo un vuelo a México. Su siguiente lugar de aventuras.
Mientras viajaba en el avión, posteó las fotografías con una reseña de como la
había pasado genial en Ibarra, sobre las fiestas, sobre la comida y los lugares
naturales que vio; disfrutó tanto la visita que decidió invitar a todos sus
lectores a visitar – y cito – “A la maravillosa Ciudad Blanca de Ecuador”.
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Postear en su blog Fuente: Internet |
Superior cool ^-^
ResponderEliminarExcelente relato , que lástima que la delincuencia puede arruinar unas vacaciones soñadas este no fue el caso , pero siempre hay que andar precavidos en todo , muy buen relato me mantuvo atento a cada palabra , una muy buena colaboración.
ResponderEliminarMuy interesante la lectura, en la cual a pesar de los inconvenientes que tuvo Charlotte nunca se dio por vencida en visitar ese bello lugar que es Ibarra a pesar de que sus padres les decía que es peligro, realmente me encantó este relato y me ha llamado mucho la atención.
ResponderEliminarUn relato muy hermoso para saber que en una pequeña ciudad del Ecuador encontramos muchos paisajes hermosos dignos de conocer
ResponderEliminarLo que muchos extranjeros no sabe lo rico que es nuestro país en flora y fauna, por que el gobierno no brinda la publicidad que se merece cada paisaje majestuoso que tiene nuestro país. Por otro lado también la fama que tiene Latinoamérica en ser peligrosa y arriesgada no permite a muchos conocer las culturas que nos representan en cada país, de cierto si es cierto que hay maldad en este mundo pero que el miedo o la malicia en las personas no nos haga dar un paso atrás por conocer el mundo que Dios nos brindó.
ResponderEliminarDentro del presente relato se puede observar la diversidad de lugares turísticos que ofrece el Cantón Ibarra y la cantidad de actividades que se puede realizar en el mismo, desde capturar fotografías impactantes hasta realizar un relajante recorrido por las distintas cascadas y lagunas, incluso señala la diversidad de comida y actividades muy atrayentes para la audiencia joven, como saltar de parapente y la famosa fiesta “Cacería del zorro”, actividades que sin dudad están llenas de experiencias inolvidables. De igual manera, se pudo evidenciar la delincuencia y el mal estado de la carretera , cosas que hacen que los viajeros se lleven una mala experiencia y que sin duda se deberían mejorar , sin embargo, me entusiasma saber que los atractivos que ofrece Ibarra hacen que las experiencias vividas siempre sean gratificantes.
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